El reto más importante que les deja la pandemia a los líderes de gestión humana es definir programas que ayuden a los trabajadores a cuidar su salud mental para seguir aportando valor. Escucha a José Miguel Marchena, con quien hablamos de wellness en el trabajo.
Una de las principales consecuencias de esta crisis sanitaria será el incremento de las tasas de estrés postraumático, depresión y otras enfermedades relacionadas a la salud mental. Es importante destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado general de bienestar, que comprende factores físicos, mentales y sociales, los mismos que le permiten a cada persona utilizar sus propias capacidades para responder con eficacia a situaciones de estrés cotidiano, y desenvolverse en el trabajo con niveles idóneos de rendimiento, contribuyendo al mismo tiempo con su comunidad.
Esta definición se relaciona con una de las principales preocupaciones de las empresas: la productividad. Dar la “milla extra”, garantizando un alto nivel de compromiso, creatividad e innovación para añadir valor a nuestra organización, depende en gran medida de un manejo óptimo de la salud mental. Deloitte comprobó en un estudio (Mental health and employers: the case for Investment, 2020) que “las organizaciones que han establecido iniciativas para proteger la salud mental de su fuerza laboral han alcanzado un retorno sobre la inversión (ROI) seis veces mayor que aquellas que no lo hacen”, dice el reporte.
¿Cómo están las empresas peruanas gestionando la salud mental de sus trabajadores? En nuestro Episodio N°15 de Vinatea y Toyama Podcast, nuestra socia Magaly Alarcón conversó con José Miguel Marchena, gerente de Innovación y Desarrollo de ISIL, instituto que presentó recientemente el estudio “Wellness de los ejecutivos en el Perú: hábitos y expectativas”. Es el primer reporte en el país que analiza el equilibrio de la salud a nivel mental, físico y emocional. A partir de entrevistas a 400 ejecutivos se pudo conocer que la salud mental es lo más valorados por jefes y gerentes, incluso más que los beneficios económicos.
La principal conclusión: el 68% considera que la salud mental es el factor más importante para retener al talento. “En septiembre del año pasado, en un estudio llamado ‘Estudio sobre el Futuro del Trabajo 2020’, la principal preocupación era la empleabilidad. En este estudio, entre las preocupaciones más latentes, está el bienestar mental. Es decir, me interesa estar empleado, pero correctamente empleado, en una relación laboral en la que no solo cumpla mis expectativas salariales, sino emocionales”, afirmó Marchena durante la conversación.
¿Por qué no me gusta mi trabajo?
Un dato interesante que compartió Marchena durante el podcast fue sobre los motivos que los líderes identifican como las razones por las que están insatisfechos en su relación laboral:
- 68% Debo estar pendiente del trabajo todo el día
- 50% Trabajo más horas que antes
Del 100% de entrevistados, un 37% considera que su salud se ha deteriorado:
- 65% posee menos energía
- 49% revela diversas dolencias
- 40% presenta problemas en la columna
- 12% se han agudizado enfermedades crónicas
Y, si cabe decir por qué un ejecutivo se siente a gusto con su empleo, podemos identificar en orden de importancia:
- Políticas de bienestar en el trabajo
- Respeto al horario de trabajo
- Ambiente laboral adecuado
- Capacitaciones y línea de carrera
- Beneficios económicos
“Es importante destacar que, si bien la mayoría de entrevistados esperan que sus organizaciones hagan algo por su bienestar, somos las personas las que debemos tener más disciplina, poner límites y promover nuestro propio bienestar. Porque cualquier política laboral de salud mental va a ser poco eficiente, si los trabajadores no ponen de su parte. Una respuesta abrumadora fue que todos sienten que trabajan más, pero, ¿son más productivos?”, preguntó Marchena. A decir de su análisis, la productividad económica no se relaciona a trabajar más horas, sino a conseguir mejores resultados con menos esfuerzo.
Redefinir la productividad
Para comenzar, Marchena recomienda que las empresas deben redefinir conceptos como productividad, y medirla más por resultados que por horas dedicadas al trabajo, y clima laboral, entendido no solo como el ambiente en el espacio físico, sino por cómo las interacciones laborales se trasladan al hogar, pensando en los miles de trabajadores remotos. “Hoy, las políticas laborales deben considerar que existen trabajadores de diversas generaciones, y se debe de tratar de incluir a todos”, afirma el experto de ISIL.
Porque, si bien un ejecutivo de 40 años puede valorar el teletrabajo porque es una oportunidad para estar con sus hijos pequeños, la experiencia del trabajador de 25, 30 o 35 años que ve el trabajo como un espacio para socializar y compartir, es totalmente diferente. Por esa razón, a decir del estudio, existen algunas prácticas valoradas por los ejecutivos de diversas edades y posiciones de liderazgo que las empresas deben considerar:
- Buen ambiente de trabajo
- Se estimula la creatividad
- Se respeta mi horario de trabajo
- Reglas claras de desconexión digital
Para Marchena, el trabajo remoto no es igual de beneficioso para todos, por lo que recomienda la “hibridez”, donde se nos permita trabajar en nuestras casas, promoviendo reuniones presenciales entre equipos con la periodicidad que se requiera. “La ‘hibridez’ va a ser una tendencia y debemos adoptarla”, concluye.
Para conocer más sobre temas wellness y buenas prácticas para promover el bienestar y la salud mental de los trabajadores, los invitamos a escuchar el episodio completo en nuestros canales de Spotify y Apple Podcasts, buscándonos como Vinatea & Toyama Podcast. También pueden ver el video de la entrevista en nuestro canal de Youtube.